Me da vergüenza vivir en el país que vivo, no por su gente, y recursos, sino por quienes nos gobiernan (y los que deberían hacerles réplica), que convierten ésta bella tierra en una república bananera fácilmente repugnable.
Todos callados como meretrices, haciéndoles favores a los grandes lobbies, dando igual romper la regla básica de la separación de poderes mientras que sea para sacar unas monedillas con las que mantener un ficticio nivel de vida.
En fin, que ésta pantomima a la que llamamos democracia da asco. Las cosas se aprueban a hurtadillas, cuando buena parte de sus cuarenta y seis millones tienen un merecido día libre y desconectan.
Y pese a que la rebelión está ahí, nos tratan como monigotes cuyo único poder es ir a meter un color determinado dentro de un sobre, eso sí, el color ya nos los indican amablemente a través de los medios de comunicación.
Que paren ésto, que yo me bajo antes de vomitar.
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(mariamgd)