Otro curso ha pasado volando así, como quien no quiere la cosa, tal y como llegó allá por septiembre se ha ido.
Este año ha sido muy especial, me ha producido bastantes cambios y me ha hecho dar un pasito hacia delante, ver las cosas de otro modo.
Mucha gente nueva que ha entrado en mi vida y que han hecho de Madrid un sitio cómodo, muy cómodo, tanto que parecía la mejor ciudad del mundo. El corte al curso ha venido sin duda en el mejor momento posible, cuando solamente pensaba en Málaga y en escapar de calles inmensas, atestadas de gente loca por las rebajas, a pesar de los treintaypico asfixiantes grados que se respiran.
Madrid, igual es porque cada día te quiero menos y menos, pero no me da ninguna pena abandonarte. Aún así volveré a pasearte, enamorado (o no), cuando el calor remita y dejes de asfixiar.
PD: Sigo sin explicarme cómo coño me cabían tantas cosas en un espacio tan pequeño... :S
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