Habitualmente echo de menos Málaga, mi casa, mi gente, sus olores, sus sabores...
Pero es especialmente en Cuaresma cuando más me gusta y más me duele estar lejos.
Madrid en esta época está como siempre, nada cambia, todo sigue su fugacidad habitual y su inalterabilidad constante.
Málaga, sin embargo, es enterrar la sardina y salir las bandas de cornetas y tambores a la calle, escuchar algún toque de campana que otro, y sentir, además del olor, el tacto del humo del incienso en la cara indicándote que estás cerca ya del mayordomo que Lo guía...
En fin, veo mares donde no los hay, creo que son malagueños quienes no lo son, y en medio de eso yo voy escuchando A ti Manué en el Ipod y tengo La Saeta como lectura de noche.
Comentarios
Sin santos ni cornetas Fran pierde la cabeza :P
Un abrazo!
No te digo ná y te lo digo tó...
yo no acabo de creermelo...desde el año pasao no me fio ya ni de los meteorologos...(pero un 95% de acierto asusta) :S
crucemos los dedos (yn)
Pd. el solo de "A ti Manué" es impresionante...y el de la marcha "Rocio" tambien :P