Ya estamos en Madrid, otra vez prisas, frío, curro, trabajos, estudios, reuniones, proyectos...
Genial el reencuentro con la gente (aunque todavía no con toda...) pero bueno, los días van pasando, el toro pisando fuerte y firme, y el menda dándole brillo al capote para no salir corneado.
En fin, Madrid es una gran, gran ciudad, pero gracias a Dios no es siempre igual.
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